fomentar los estereotipos discriminatorios
La discriminación es un fenómeno que se manifiesta en las distintas esferas de la vida social y en particular en las instituciones educativas. La entrevista a Ana María Robles, Coordinadora Nacional de Educación de CARE-Perú ha sido una oportunidad para aproximarnos a los aprendizajes significativos que se tuvieron en el desarrollo de un proyecto educativo que formaba a docentes de primaria y secundaria para abordar el problema de la discriminación en la escuela. Fruto de esta experiencia la entrevistada publicó el libro “La discriminación cultural: Referentes Conceptuales y estrategia pedagógicas”, que es una sistematización de las lecciones aprendidas y estrategias pedagógicas aplicadas en los colegios que fueron parte del proyecto.
El concepto de discriminación cultural nos referimos a las relaciones que establecen un trato desigual entre las personas, basado en una “construcción cultural” que nos hace creer que hay seres humanos superiores e inferiores. Así, “creemos” (consciente o inconscientemente) que los hombres son superiores a las mujeres (la ideología patriarcal) o que los blancos son superiores a los negros (Ejemplo: el Apartheid de los ingleses en Sudáfrica) o que los heterosexuales son mejores que los homosexuales, etc. Es decir establecemos valoraciones culturales que clasifican a los seres humanos en una jerarquía que establecen relaciones de subordinación y legitiman el poder de unos sobre otros. En este sentido hablamos de diferentes tipos de discriminación cultural, una de ellas por ejemplo es el racismo, que es un tipo de discriminación cultural que se gesta y resignifica en diferentes momentos de nuestra historia (Conquista, República) en los que se instaló una categoría cultural de “indio” como un ser inferior y acabado. Esta ideología se sustenta en el llamado racismo biológico que asume como superior a la denominada “raza blanca”.
Hasta la actualidad vemos que el racismo persiste a través de políticas discriminatorias. En el 2007 más de un millón (1,084 472) de niños y niñas indígenas se encontraban en edad escolar (645,081 niños y 439,391 niñas) y en su gran mayoría no accedían a una educación intercultural bilingüe (EIB). Al 2010, solamente el 20% de esta población era atendida en su lengua materna. También observamos comportamientos racistas en las autoridades políticas, como el caso contra la congresista Hilaria Supa, que se reseña en la publicación. Y de manera sutil, maquillada o disfrazada el racismo actúa en chistes, estereotipos y prejuicios que la sociedad en su conjunto repite y celebra (muchas veces sin darse cuenta) en familia, en los centros laborales, en las escuelas y en los medios de comunicación. De este modo, el racismo es una forma de no reconocimiento mutuo, que encierra relaciones de subordinación y de violencia que lesionan la dignidad, el amor propio y que se convierte en una fuerte discriminación que impide o vulnera el ejercicio de los derechos humanos.
Respecto al cómo, planteamos una estrategia que articula el trabajo en el aula con el trabajo en el conjunto de la institución educativa y su proyección a la comunidad, involucrando a la sociedad civil, gobiernos locales y gobierno central. Y en este sentido proponemos una educación de prevención, sanción y eliminación del racismo que significa revisar percepciones, modos de comportamiento y redefinición o establecimiento de normas de convivencia que implican el reconocimiento mutuo y respeto entre todas las personas dentro y fuera de la escuela. Hemos trabajado el tema del racismo en la programación curricular tanto de primaria como secundaria y la difusión e intercambio de aprendizajes sobre el tema al interior de una institución educativa. Así, docentes y estudiantes promueven la sensibilización del tema y establecen carteles y/o placas visibles a la comunidad para alertar contra el racismo y recordar el compromiso con su erradicación.
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